I can take care of myself (del 12 de Abril de 2023)

 Porque ya no quiero seguir teniendo ese rechazo a la vida y porque sólo yo puedo hacerme cargo de mi.

Me he sentido bien esos días.

He estado reflexionando últimamente. Mi mente se cargaba a la idea catastrófica de que no la armaba en la vida, que era un desastre y que lo mejor sería cancelar la emisión de esta serie de mi vida (sin intención verdaderamente de cancelarla pero sí reprochando su existencia). Y bueno, entre todo eso y mientras me dejaba consumir por la queja y el reproche de lo que no hago y de que no la iba a armar porque usualmente no tengo energía y me canso muy fácil, pensé: Bueno, a final de cuentas si me canso ¿Quién dice que no vaya a poder descansar? A final de cuentas todo requiere una inversión de tiempo y esfuerzo: llevar una vida fit tiene un peso y un dolor a soportar (llámale por aporreado o restringirte cosas) pero la vida no fit también lo tiene, los dolores de espalda por la falta de fortaleza muscular y las incomodidades estomacales por no tener las mejores elecciones alimenticias también. En esta vivida en todo se cede a algo

Luego de eso, pensaba en la depresión, la ansiedad, el TDA, TLP, y todas esas enfermedades mentales que asechan a mis coetáneos contemporáneos. Me molestaba que sintiera que para mí está más difícil hacer ciertas cosas porque tengo que luchar contra mis pensamientos ansiosos, mis ganas de postergar todo, etcétera. Pero, mientras tendía la ropa y jugaba con Bruce (el cachorro labrador de mi hermana que ya no esta nada pequeño) pensé en mi padre, en las veces que él me menciona como preferiría no tener contacto social con nadie, no conversar, no aventarse compromisos con otras personas porque su ansiedad le hace pensar que puede quedar mal con ellos o ellos quedar mal con él, y aún así me ha impresionado las habilidades sociales y de conversación que le he notado: la manera en que cuando hace una llamada sabe saludar gratamente, sacar una risa a quien llama antes de hablar sobre el asunto serio al que iba, cómo estando en público puede conversar con una persona desconocida, entre otras cosas. También he visto algunas estrategias de mi mamá para afrontar lo que podría parecer un TDAH si lo viéramos con los ojos de hoy en día, pero que a ella no le ocasiona mayor molestia. Fue ahí que pensé en las terapias de tercera generación de cognitivo conductual, sobre todo la terapia de aceptación y compromiso. Me quedó muy presente ese rollo de ya no tratar de deshacerte del pensamiento invasivo o del sentimiento, sino aceptar que ahí esta, que es sólo un pensamiento y que para ti tiene mayor valor la meta que tratas de alcanzar que el quedarte en esa ansiedad.  Incluso de Micaela aprendí mucho eso, como ella a pesar de tener rasgos de TEA, tener ansiedad y demás, logra anteponerse a los retos del día a día.  Con los recursos que tiene y me parece muy admirable.

En esta terapia de aceptación y compromiso hay una técnica, que se llama “defusión cognitiva” donde tratamos que la persona separe el pensamiento de su persona: de este pensamiento que llego a tener de “soy un fracaso”, con técnicas de defusión cognitiva pasaría de pensar “soy un fracaso” a darme cuenta “ok, estoy pensando que soy un fracaso”, estoy teniendo el pensamiento que soy un fracaso” "Ah! ahí está el pensamiento de ser un fracaso” para poco a poco darme cuenta que es eso, un pensamiento, y no precisamente la realidad.  Aunado con eso, pienso en la terapia Narrativa de la corriente sistémica, donde según cómo la persona se cuente la historia de su vida es verdaderamente cómo la vive. Y lo pensé. Sobre todo por nosotros, Gen Z, y junto con un video que vi por ahí en Youtube, donde un psicólogo social menciona que el problema de la juventud Americana es que se vive desde una narrativa de trauma, de peligro que ocasiona  esa ansiedad y depresión. Y vaya que puedo ver de pronto como nuestra narrativa podría llegar a tender a limitarse a causa de sus propios pensamientos.

Puede que parte de todo esto sí sea un mindset.

Anyways, just thinking about it.