134340
Mientras hablabas, no entendía nada de lo que decías. Parece que entonces ya me estaba volviendo ajena, extraña, extranjera. Nos despedimos y por mi cabeza sólo cruzaba "134340", no comprendía nada, pero mis ojos se seguían precipitando. "Me duele", fue lo único que pude articular, mientras mi mente pensaba "¿Es en serio esa la justificación que darás para alejarme?" Ya conocía de tu apego evitativo, de tu querer y luego querer alejar. Contaste muchos relatos con la misma dinámica en la fuente del expiatorio. Sólo que nunca creí que yo también terminaría siendo una versión extendida de esas historias.
¿Qué era lo que me dolía de todo eso? Certeza no tenía, pues todo se me acumulaba en el pecho: el enorme afecto, aprecio y agradecimiento que te tengo se me hacían bola y me trozaban las costillas. A fin de cuentas, amigo mío. Claro que el amor estaba (está) presente. ¿Apego? Sí, había apego, pues el apego es una figura con la que buscas un poco de seguridad, y cuántas veces no fuiste mi puerto seguro, un faro en medio de mi neblina, la risa y el absurdo en momentos de oscuridad y agobio. Claro que te quiero, claro que te aprecio, claro que te amo y claro que me duele, claro que me duele haber sido reducida a nada, luego de casi 5 años.
¿En serio me vas a venir a decir eso? ¿En serio va a ser que, por el hecho de que todo comenzó como un interés romántico y eso no funcionó, simplemente vas a desecharlo todo? "No podemos ser amigos porque sólo te veía con interés íntimo, y ambos sabemos que eso no funciona. No te veía como una amiga" ¿Entonces así nomas me vas a devaluar? por el hecho de que no serví para el interés íntimo ¿vas a desvalidar todo lo que soy y todo lo que vivimos? Sí, eso fue. Justamente eso fue lo que me dolió, haber quedado reducida a nada: Un día formaba parte del sistema solar y para el otro, de pronto, terminé siendo el asteroide 134340.
Me cuesta creerlo. Es que la justificación me pareció absurda, y no podía evitar pensar en "es apego evitativo, me alejas desde el miedo". Pero no, no voy a embarrarte eso, no voy a decir eso desde mi necesidad de explicarlo todo. Pero no encuentro otra manera de poder hacer encajar, de poder explicarle a mi mente la razón por la que desvalidas y desechas 4 años de amistad.
Te quiero mucho, esperaba poder continuar viéndote crecer, viéndote aprender nuevos malabares, viéndote en nuevos proyectos, enfadándote de ellos y cambiándolos por otros. Esperaba volver a vernos sentados enfrente del expiatorio, comiendo un elote o bebiendo un pulque. Pero bueno, supongo debí verlo venir, o tal vez no lo quería ver, o al menos no lo quería imaginar. En fin, la vida. Aún así seguiré girando, no hay más.
Te deseo lo mejor, hoy, mañana y siempre.
Con amor, Plutón 134340.
Comentarios
Publicar un comentario