Bitácora 12: Mi credo

 Para esta sesión, abordamos el tema de la trascendencia y Dios.

¿En qué creo? ¿Quién o qué es para mi Dios? La relevancia de esto es qué posición o postura tomo ante el universo y la trascendencia, de qué manera me comprometo con el mundo.

Lo más contundente de la sesión fue la creación de nuestro credo, donde el credo sería más bien la manifestación de algo, hacia dónde me muevo o incluso qué me mueve.

Honestamente, lo que fluyó de esta sesión me impresionó bastante. Desde la pregunta provocadora de ¿qué o quién es Dios? Me vi en ciertos líos para responder, porque no estoy segura de qué es para mi Dios. Si dijera quién, diría que todos los que formamos parte de la existencia somos Dios, porque todos constituimos parte de la misma. Creo que para mi Dios es en sí la existencia y la creatividad, la posibilidad de existir… no lo sé, por lo que para mi el universo en su totalidad es Dios (que no va muy lejos de la concepción de la iglesia católica de que Dios está en todo).

Esta idea de que Dios está en todo me gustó sobre todo cuando escuché la propuesta de Aurora, una cantautora noruega que lanzó un disco titulado “Los dioses que podemos tocar” donde ella manifiesta que si devolviésemos la deidad a todo lo que nos rodea, veneraríamos nuestro entorno y cuidaríamos mejor de él, de la vida.

En fin, de ahí partió mi concepto de lo que es Dios. Después de ver un video sobre la trascendencia, específicamente “The Egg” de Kurzgesagt in a nutshell, donde también iría un poco de la mano con esta concepción de todo es parte de nosotros y por ende deberíamos deificar todo y venerarlo, así como un fragmento sobre las utopías de Eduardo Galeano, procedimos a escribir nuestro propio credo, movidos por la frase “Yo creo en…” Honestamente esta fue la actividad que me sorprendió, por la naturalidad con la que fluyó y lo mucho que me agradó ese pequeño credo. Invitaría a otros a realizar la actividad, dejándolo fluir, qué dice tu ser, en qué cree, qué lo mueve.

De alguna manera, esta sesión me ayudó a recolectar conmigo, y eso lo agradezco profundamente.

Mi credo:

Yo creo en el cambio, porque me permite mantener la esperanza, esperanza que las cosas mejorarán o al menos serán diferentes. Y creo en la esperanza porque he llegado a experimentar gratitud.  Creo en la gratitud, porque me permite existir, sentirme y vivir: En el presente, un lapso, un momento eterno en su manera de ser, pero efímero es su forma de presentarse, pues nunca más se dará de igual forma. Pero cuando creo, creo (del verbo hacer) el momento de vida que me permite amarla, sentirla e inundarme de la existencia. Y así, cuando creo, me lleno de Dios, de universo y de vida. Por eso, cuando siento que no creo en nada, creo en el cambio y que así el cambio me creará.


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