Bitácora 9: Cine
Aunando un poco el arte pictórico y la música como formas de expresar y plasmar realidades, pasamos ahora al cine.
Para comenzar, se nos pidió que escribiéramos en un foro cuál es nuestra película favorita y porqué. Yo honestamente no recordaba cuándo fue la última vez que vi una película o serie y dije “wow, me encanta, mi película favorita” dentro de los últimos años, al menos. Así que me fui por “Waking Life”, ya que fue la última que recuerdo haber catalogado como mi película favorita. Me gustaba de alguna manera el hecho que fuera animada y todas las charlas existenciales que tenía el protagonista con distintos personajes de la serie. Cuando socialicé mi respuesta con otros compañeros y ellos también mencionaron películas del tipo “lecciones de vida”, me sentí invitada a ver de nuevo las películas, ver qué nueva visión puedo tener de ellas, si aún me hacen sentido, ya no o si por el contrario me hacen aún más sentido.
Después, el profesor nos proyectó dos extractos de entrevista que realizaron a Guillermo del Toro y otro de Alejandro Iñárritu. Lastimosamente he visto muy pocas películas de ambos autores, pero aún así alcanzo a distinguir un poco la visión de cada uno que le da esa “esencia” a sus obras: como Del Toro agrega cierta fantasía a la realidad para hacerla más emocionante y como Iñárritu se centra en un personaje real que sueña e imagina, pero sin salirse de la realidad, sólo haciendo la realidad más interesante o que llame más la atención, no sé cómo expresarlo. También aquí me sentí invitada a ver un poco más de cine.
Luego vimos un corto animado que serviría como primer ejercicio para observar, en lo audiovisual, el sentimiento que evoca, el argumento que tiene (Ideas), los símbolos y la técnica para descubrir las intenciones del director. Hicimos el análisis del corto en colectivo y posteriormente analizamos en lo individual otros cortos de películas. Hacer este ejercicio me ayudó a percibir y disfrutar la película de otra manera. Siento que frecuentemente con las películas como con otros contenidos audiovisuales me pasa como con la comida: A veces estoy comiendo un helado, que es muy rico y lo disfruto, pero simplemente lo sigo comiendo hasta que, cuando menos me percato, ya lo acabé. “Estuvo bien”, dice mi cerebro después de la experiencia y hasta ahí llego. Pero a veces sí degusto la comida, me siento y me concentro en su textura, su temperatura, el olor que tiene, el sonido que hace, el o los sabores… y entonces comer el mismo helado se vuelve toda una experiencia distinta.
Ahorita que escribía este último párrafo me recordó a uno de los últimos comentarios que me había realizado el profesor en una de mis bitácoras (y que también había leído por ahí en el libro de “Siddartha” de Hesse) sobre la meditación, que no necesariamente va de sentarse en silencio por 10 minutos en posición de loto, sino que también se puede meditar en labores del día a día como caminar, lavar los trastes, dibujar, escribir… quiero creer que escribir cuenta como una de ellas, pues me ayuda a vaciar mi mente y desmenuzar experiencias. La parte de traérme al presente no estoy muy segura, aunque sí que me lleva a hacer recapitulaciones para poder plasmar aquí una fotografía de mi mente en el justo momento en el que escribo todo esto. Y claro que me confronta, me confronta con lo que expreso, con lo que creo. Y me cuestiono ¿porqué pienso así? ¿Qué me trajo a ahora poder decir esto? ¿Cómo me hace sentir esta realidad que ahora describo como mi realidad?
Bueno, ya me fui por otro hilo. Ahorita llevo psicología social, así que me la paso viendo mis propios sesgos, mis propios discursos, mi manera de construir la realidad, etc. Y tengo que admitir que me crea conflicto sentir que mis propios filtros hagan que me pierda de muchas cosas… en fin.
Voy a ver más cine.
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