Creo que soy una mujer defectuosa

 “Si es necesaria una definición para el papel de identidad, apunte que soy una mujer de buenas intenciones y que he pavimentado un camino directo y fácil al infierno”
-Rosario Castellanos (1972) Pasaporte. Poesía no eres tú.

Creo que soy una mujer defectuosa. Lo sospeché desde pequeña,  cuando a los 6 años mis tías me reprochaban el que no usara vestidos, cuando no cuidaba el cruzar las piernas mientras usaba falda o por no cuidar tener el estómago sumido o la espalda recta. ¡Era tan molesto tener que intentar comportarse como muñeca cuando sólo quería descargar toda mi energía y corretear con mis primos!. "¡Las novias se aguantan!" Me decían cada vez que me peinaban una coleta que me dejaba los ojos re-estirados y me quejaba porque el tul de los vestidos me picaba "¿Y quién dijo que yo quería ser novia?" les resongaba.

Seguí pensando que era una mujer defectuosa, cuando a los 10 años no entendía las pláticas de mis amigas sobre telenovelas y novios (porque eran temas que mi madre me tenía prohibidos) pero que entendía perfectamente cuando hablaban de pókemon o gokú, por influencia de haber crecido con primos y un hermano mayor varón. Aún recuerdo cuando en tercero de primaria, mi madrina me ataba una venda en el torso al nivel del ombligo: "es para que se te haga cintura". Yo ni entendía qué era eso o para qué servía, pero supongo que era importante que la tuviera. Nunca llegó la cintura, pero recuerdo el entumecimiento en mi piel y las reacciones gastrointestinales por la cinta.

Seguí sospechando que era una mujer defectuosa en secundaria, porque aún no me venía la regla. Porque veía el cabello bonito de muchas de mis amigas y sus primeros intentos de maquillaje... los cuales nunca me salieron muy bien a mi. Era más alta que la mayoría, no sabía arreglarme como la mayoría, no tenía intereses amorosos y ¿porqué rayos no tengo caderas anchas?. Así que me di por vencida con lo femenino y comencé a jugar a "no ser como las demás chicas" y a tratar de ser más inteligente que cualquiera que trataba de ofenderme ¡Esto iba especialmente para tí, tía Amara!.

Entre más crecía, más temía el momento en el que llegara a ser considerada mujer y que yo no diera el ancho para el papel. Recuerdo a mis amigas hablando de lo bonito que sería tener un bebé y yo escuchar con terror. “¿Quieren un bebé? ¿Saben lo difícil que es hacerse cargo de uno de esos? ¿Saben lo que implica ser mamá?”

Entre más cerca estaba de iniciar la universidad, fue peor. Tener detrás de mi a mi madre diciendo "no puedes seguir siendo tan desordenada ¡Imagínate ya que vivas sola en Guadalajara! Una casa desordenada ¡Ni va a parecer que ahí vive una señorita!". "Presta atención a planchar tu ropa, a limpiar tu calzado. Ya no van a decir "Ay ¡mira cómo la trae su mamá!" no, ahora van a decir ¡Ay no, mira cómo anda y eso que es mujer!".

Pero lo peor resulta cuando ya no es de fuera donde viene esos desaprobativos a mi feminidad, sino cuando me los traje a vivir conmigo. Cuando rara vez me cocino algo decente porque apenas y me alcanzan las energías para pararme a hacerme algo. Cuando tengo el depa desordenado y no lo limpio sino una vez a la semana. Cuando por querer dormir más, no pongo atención a mi vestuario o maquillaje (bendito cubrebocas que hace que el maquillaje sea un pendiente menos). Y lo malo son los reproches, los reproches a mi misma por no verme bonita, por no cuidar mi cuerpo ni mi casa "¿Qué clase de mujer soy? nadie jamás podría vivir conmigo. Si no puedo atenderme a mi ¿Cómo podría atender a un marido?” “¿Cómo podría llegar yo a cuidar de unos hijos? ¡Jamás podría ser mamá! Si estudiando no me alcanza la energía y el tiempo para atender mi cuarto ¿Cómo podría cuidar de mi trabajo, la casa, los hijos y un marido?”

"¿Cómo no te vas a casar? Ni modo que te quedes sola. Es bien triste la vida de los que se quedan solteros" escucho decir a mi mamá. Mis respetos para ti, madre mía, que lograste llevar una profesión, una casa y sacar adelante a 4 hijos (sin desmeritar a mi papá, claro, aunque sé que no siempre ha sido un camino de rosas el matrimonio).

¿Porqué es el matrimonio y la maternidad un sacrificio al que debo aspirar? ¿Porqué implica desvivirse el ser una gran mujer? ¿Porqué me da tanto miedo ser mujer y a la vez miedo a no ser suficiente mujer?

Rosario Castellanos decía como, al tratar de suplir el espacio de su hermano difunto, se esforzó por hacer eso que, tal vez, el hermano hubiera hecho. Ella menciona "por eso tuve un lento desarrollo físico, porque yo no me atrevía a ser mujer, físicamente mujer". Tal vez por eso nunca desarrollé una cintura pequeña y caderas anchas, porque a la fecha me aterra ser mujer...

Porque parece que, entre más crezco y más aprendo... se pone peor.

-¿Por qué y para qué escribe?

- [...] Porque alguien (cuando yo era pequeña) dijo que la gente como yo, no existe”.

-Rosario castellanos. (1972) “Entrevista de prensa” Poesía no eres tú.

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