No me obliguen a estar bien
No vengas a querer moverme o a motivarme cuando sólo quiero llorar.
No vengas a decirme que deje de pensar tanto y mejor me distraiga en otras cosas.
No vengas a decirme que no le de tantas vueltas, que ya se pasará. Yo sé que pasará, pero entre más le reprima, más terminará tardando ésto.
No bromeo cuando digo que a veces preferiría simplemente morir, así como no bromeo cuando digo que amo la vida. La dicotomía vive en mi: con cada respiro muero, con cada año más vivo.
Hay ocasiones que tiendo a la nada, como hay ocasiones que quiero hacerlo todo.
A veces no le encuentro sentido a mi existencia, así como a veces lloro y me entusiasmo por las cosas más mínimas porque en ese instante, para mi, lo valen todo.
A veces siento que no quiero ver a nadie, así como muchísimas veces me he sentido la persona más dichosa por todas las personas que tengo en mi vida y que amo.
A veces digo estupideces ofensivas y grotescas, así como muchas veces recito poesía, doy cumplidos y palabras de aliento.
Así que por favor, no me obliguen a estar bien cuando claramente estoy mal, porque es tan real cuando estoy mal como cuando estoy bien. Porque mi yo depresivo y pesimista es tan real como mi yo alegre y optimista. Porqué mi yo inteligente existe gracias a mi yo pendejo.
Porque ambas polaridades existen en mi, porque soy luz y sombra, por que azul y rojo siendo contrarios pueden encontrarse perfectamente para hacer una obra maestra, porque la música está compuesta de sonidos y silencios, porque en danza hacen falta respiros y pausas para resaltar los momentos más intensos del baile. Porque para sanar a alguien hay momentos de intervención y actividad pero también de descanso.
Porque no estoy bien, me siento mal y no quiero que vengas a hacerme sentir mal por no estar bien.
No me juzgues, no me obligues a hablar, no me digas que no llore, no te me quedes mirando ahí callado, no me cuentes que ya pasará y como lo superaste. Y a pesar de que todo esto suena a reclamo, no te lo tomes personal, sólo estoy siendo egoísta, así como muchas veces pienso más en los demás que en mi.
Si no quieres verme llorar, entiendo, te puedes ir. A veces tampoco quiero que me vean llorar.
Sólo dime "puedo estar aquí sí así lo quieres o puedes venir acá cuando quieras"
Pero por favor, no me hagas rechazar esto que es tan real en mi como en ti.
Sí, eso eres tú, así como el tú eufórico y alegre también eres.
Hay gente que es naranja y morada, verde y rojo, blanco y negro, rosa y azul, amarillo y celeste, gris y rosado... esos colores logran una obra de arte preciosa, esos colores tan contrarios pelean y se resaltan el uno al otro.
A veces parezco rosa, a veces parezco azul, pero soy los dos, ambos colores amo y ambos colores a veces rechazo. Yo soy aunque no quiera ser, y hasta cuando no quiero ser, soy.
Ya pasó la tormenta ¿Viste el arcoiris?
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