Permíteme ser tu decepción una vez en la vida.

Sé que se vió muy cobarde lo que hice, sé que lo que más le molesta es que no le haya consultado antes de hacerlo. Sé que fue una reverenda estupidez, sé que lo mínimo que debí hacer era terminar el semestre, sé que debí haber terminado la carrera, pero no podía más mamá,  cada vez me sentía más infeliz y con menos esperanzas en el futuro. El fin de semana pasado lloré amargamente por la noche y te juro que me quería morir, mamá, así de vacía me sentía. Y no era la primera vez que me ocurría, me sucedía mínimo dos veces al semestre, lloraba mínimo dos veces al mes. Me sentía miserable sin razón aparente. Pero cuando consideré dejarlo, cuando comencé a leer el libro de "Psicología y creatividad" volví a emocionarme, sentí que aún podía hacer algo. Me dije "No voy a ser doctora, voy a ser psicóloga" y algo dentro de mi se iluminó, sonreí.  Escucho las cosas que hacen Paulo y sus compañeros y me da envidia, escuchaba los casos de los que hablaba Magaly y me interesaba, iba con Loroama y me daban unas ganas inmensas por querer saber cómo ayudar.
Dices que debí terminar la carrera por orgullo, pero fue mi orgullo el que me  dijo "Deja de temer y sigue tus sueños"
En psicología se ve sobre la conducta humana,  el cerebro y la mente, las emociones y los pensamientos patológicos, pero también se ve sobre educación, sobre creatividad y arte,  sobre proyectos de bienestar social, sobre filosofía. ¿Porqué entonces hice trámites a medicina y me quedé ahí tanto tiempo? Yo también me lo pregunto. En ése tiempo no lograba vislumbrar todas estas cosas y a la vez también me llamaba medicina. Pero una vez en la carrera, observaba y hacia las cosas esperando llegara el momento en el que me gustara y me emocionara, pero sólo me sentía cada vez más apática y perdida. No lo niego, hubo muchas cosas bonitas en medicina que me enseñaron mucho de la vida y no dudo que ésta ocasión sea una más.
Sólo te pido mamá, por favor, permíteme ser tu decepción una vez en la vida y también te pido confíes en mi y en mis capacidades, en la mujer que has criado y que se equivocó garrafalmente en ésta ocasión, pero que ahora está un poco más cerca de saber lo que quiere. Por favor, te pido confianza y paciencia para permitirme crecer y saber de lo que soy capaz, permíteme trabajar por lo que será el resto de mi vida, de hacerlo con el corazón y no con el miedo atascado en la garganta y los ojos inundados en desesperación.
Sé que puedo hacerlo y que con su apoyo podré hacerlo aún mejor y más grande.

Perdóname, me odio por hacerte esto, porque te amo infinitamente.