"Mi unicornio azul ayer se me perdió..."
Venía cuando le silbaba, le gustaba acurrucarse en mi pecho, le tranquilizaba la canción de "Instant Crush", podía escuchar una lata de atún abriéndose desde cualquier habitación de la casa. De pequeño era muy torpe, se lanzaba contra las cosas que quería, cuando bostezaba sacaba primero la lengua y luego lanzaba su bostezo. Se escondía entre las plantas, parecía tigrito. Era medio pendejo, mi pendejo, nunca me dijo Miausky por más que se lo repitiera, pero hacía evidente el hecho de que me había extrañado cuando salía mucho tiempo fuera.
Siempre quise su libertad, que se sintiera gato y transitara por la noche entre los techos, conciente de los riesgos que ésto traía, sabiendo también que la ciudad es hemosa de noche y que, posiblemente, el riesgo valía la pena.
No fue mi primer mascota, ni siquiera mi primer gato; el año pasado me despedí de Symarik y de Osiris, que a ambos también los quise mucho. Pero ésta vez, cargar el cadaver de mi pequeño Champiñon, ver ahí, duro e inmóvil al pequeño gato que alguna vez escaló hasta mi pecho para que le hiciera mimos, verle inerte, deseando que tal vez sólo estuviese dormido, como cuando se acurrucaba al sol que entraba por la ventana de mi cuarto. Mi pequeño Champi, Champurrado, Bartolo, Sr. Jorobas, latoso, Señor Gato... tantos nombres y a ninguno respondías, pero aún así ahí estabas. Será raro tener que acostumbrarse a tu ausencia, porque te acomodabas bien en cada hueco, ahora ya no estarás para llenar ese hueco de soledad por las noches en Guadalajara.
Mi chiquiado, te quiero. Estoy segura de que hice muchas cosas mal contigo, al menos ya no tendrás que sufrirlas. Espero la próxima vez saber amar adecuadamente, saber cuidar de un gatito, de una vida en general, espero la proxima vez hacer las cosas bien.
Te adoro Champi, espero, si es que existe tu alma, sea tan libre y feliz como siempre quise que fueras.
"Mi unicornio azul se me ha perdido ayer... se fué"
Siempre quise su libertad, que se sintiera gato y transitara por la noche entre los techos, conciente de los riesgos que ésto traía, sabiendo también que la ciudad es hemosa de noche y que, posiblemente, el riesgo valía la pena.
No fue mi primer mascota, ni siquiera mi primer gato; el año pasado me despedí de Symarik y de Osiris, que a ambos también los quise mucho. Pero ésta vez, cargar el cadaver de mi pequeño Champiñon, ver ahí, duro e inmóvil al pequeño gato que alguna vez escaló hasta mi pecho para que le hiciera mimos, verle inerte, deseando que tal vez sólo estuviese dormido, como cuando se acurrucaba al sol que entraba por la ventana de mi cuarto. Mi pequeño Champi, Champurrado, Bartolo, Sr. Jorobas, latoso, Señor Gato... tantos nombres y a ninguno respondías, pero aún así ahí estabas. Será raro tener que acostumbrarse a tu ausencia, porque te acomodabas bien en cada hueco, ahora ya no estarás para llenar ese hueco de soledad por las noches en Guadalajara.
Mi chiquiado, te quiero. Estoy segura de que hice muchas cosas mal contigo, al menos ya no tendrás que sufrirlas. Espero la próxima vez saber amar adecuadamente, saber cuidar de un gatito, de una vida en general, espero la proxima vez hacer las cosas bien.
Te adoro Champi, espero, si es que existe tu alma, sea tan libre y feliz como siempre quise que fueras.
"Mi unicornio azul se me ha perdido ayer... se fué"
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